Suspenso crudo: incertidumbre en exploración y producción de petróleo
Shell avanza en Vaca Muerta y el mar. Otras empresas suspenden o despiden personal.
El salto del dólar encima de 60 pesos tras las PASO ha descalibrado la economía y empujado al gobierno de Mauricio Macri a tomar medidas de emergencia. Uno de los sectores donde se generó más ruido fue el petrolero, con el aumento gradual de las naftas.
“Este incremento paulatino no hará frenar la producción ya, pero la pregunta es si seguirán invirtiendo en este contexto”, advierte el consultor Víctor Bronstein. El litro de nafta súper debería estar en 70 pesos, pero ronda los 53. Si bien el atraso es del 24%, las compañías “ganan menos pero no pierden”, señala Bronstein.
“La demanda energética cayó en todos los rubros: energía eléctrica, gas natural y combustibles líquidos (gasoil y naftas); y el retroceso año a año está en el orden del 5%”, repasa Jorge Lapeña, director del Instituto Argentina de la Energía General Mosconi. Pero la producción de petróleo ha avanzado 3,2% en el año. “Es una suba moderada, pero viene a revertir una recaída ininterrumpida desde 1998”, destaca Lapeña, a la vez que explica el fenómeno: “Hay dos factores concurrentes: la extracción convencional, que representa el 85% del petróleo local, viene cayendo casi al 8%. Como contrapartida, creció 50% el no convencional o shale oil, que viene de Vaca Muerta”.
Para la angloholandesa Shell, el panorama es promisorio: “El foco está desde diciembre del año pasado en el paso a fase de desarrollo de Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Coirón Amargo Sur Oeste, tres de los cuatro bloques que operamos en la ventana de petróleo de Vaca Muerta”, cuenta su presidente, Sean Rooney. “El proyecto implica la perforación de más de 300 pozos y la construcción de infraestructura para ampliar la producción de los actuales 5.000 barriles equivalentes diarios (bped) a más de 70.000 bped en 2025, sujeto al resultado de las operaciones y las condiciones económicas.”
“Este año en Vaca Muerta pusimos en funcionamiento un segundo equipo de perforación y comenzamos las obras civiles de preparación para construir una segunda planta de producción, que se sumará a la habilitada en 2016”, completó Rooney, para quien, “en la medida en que la escala de Vaca Muerta crezca y la demanda interna sea satisfecha, la exportación será una posibilidad”.
Sin embargo, ante la gran apuesta que sigue siendo la cuenca, los especialistas tienen sus reparos: “Las petroleras tendrán que sentarse a negociar con la próxima gestión para acordar pautas de funcionamiento que garanticen las inversiones y la salida del congelamiento”, aporta Bronstein.
En sintonía, se expresa Lapeña: “Lo sucedido abrió la Caja de Pandora y puso en evidencia que el proyecto no gozaba de mucha salud: ante un traspié, suspendieron y echaron empleados”, dispara. Y avizora una salida: “El secreto es muy simple: el nuevo gobierno tiene que juntarse con las cuatro primeras operadoras (YPF; Tecpetrol, de Techint; la francesa Total y PAE, propiedad de la británica BP, la china CNOOC y los Bulgheroni) y obtener compromisos en firme de producción exportable”. Y pone el dedo en la llaga con una metáfora de colegio secundario: “El vacamuertismo militante sufrió un golpe. Reprobaste y te la llevás a febrero, pero no vas a repetir. Eso sí, tenés que (re)estudiar la cuenca”.
En paralelo, Shell analiza nuevos tableros donde jugar sus fichas: la exploración offshore. En consorcio con Qatar Petroleum (QP), le fueron adjudicados en abril dos bloques exploratorios en aguas profundas ubicados en la Cuenca Argentina Norte. “Durante la fase inicial se obtendrá información sísmica nueva y de calidad para evaluar las formaciones de hidrocarburos. Shell contará con un 60% de interés en las licencias de exploración y será el operador, mientras que QP tendrá el restante 40% de participación”, revela Rooney.l
Fuente: Noticias Perfil.