Tecpetrol se asocia con TGS e YPF para la licitación del gasoducto de Vaca Muerta
TGN no participará del concurso de precios para el que también compraron los pliegos PAE y dos empresas chinas.
Transportadora de Gas del Sur (TGS) cerró un acuerdo con Tecpetrol e YPF para presentarse en forma conjunta en la licitación que el gobierno lanzó para la construcción del gasoducto del centro que unirá Vaca Muerta con el San Nicolás-Rosario, afirma una fuente.
Hasta el momento, cinco empresas adquirieron los pliegos del concurso de precios, cuya apertura fue pospuesta hasta el 12 de noviembre, entre las que se encuentran, además, Transportadora de Gas del Norte (TGN), Pan American Energy (PAE) y dos firmas chinas, señalan desde la Secretaría de Energía de la Nación.
La decisión de Tecpetrol de sumarse al consorcio entre TGS e YPF, hizo que su controlada, TGN, desistiera de seguir participando en la licitación, resalta una tercera fuente. La petrolera del Grupo Techint cuenta con un 40,86% de Gasinvest, cuyo principal activo es su participación del 56,35% en la transportadora.
En tanto, PAE está analizando si seguirá adelante con el proceso, ya que en un principio compró los pliegos sólo para tener más detalles del proyecto, afirma una cuarta fuente. La compañía manejada por la familia Bulgheroni, está focalizada en el negocio del upstream y downstream y carece de activos en el negocio de midstream.
Por eso, su decisión de sumarse a la licitación sorprendió a la industria, de la misma forma que lo hizo el interés de las empresas chinas, ya que ninguna de ellas había participado de la ronda de manifestación de interés que realizó la Secretaría de Energía de la Nación en abril.
También, llamó la atención del sector que la UTE entre la mexicana Grupo Fyresa y la argentina Velitec no comprara los pliegos, ya que había presentado dos propuestas para construir el gasoducto, valuadas entre 500 y 1.200 millones de dólares. TGN también había enviado dos proyectos.
Una larga negociación
La decisión de Tecpetrol de encarar el proyecto junto con TGS es una historia de idas y vueltas que comenzó cuando decidió pasar a desarrollo masivo la producción de gas no convencional en su área Fortín de Piedra, en Vaca Muerta, en 2017, previendo la falta de capacidad de transporte que podría haber en el sistema actual con la llegada de más fluido proveniente de este y otros bloques de la cuenca neuquina.
Así, ambas empresas zanjaban una vieja disputa entre TGN y TGS por el gasoducto de 30 pulgadas, 75 kilómetros de extensión y una capacidad de 11 millones de metros cúbicos por día (MCD) que la segunda planeaba construir para unir las localidades bonaerenses de Cardales y Mercedes, junto con una planta compresora de 10.000 caballos de fuerza y una estación de transferencia y medición de volumen. Su desarrollo requería de 18 meses de trabajo una inversión de 150 millones de dólares, como fue adelantado por Desarrollo Energético.
La transportadora controlada por Tecpetrol había presentado una protesta ante el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) para que paralizara el proyecto en una audiencia pública en Bahía Blanca en febrero de 2018, aduciendo que con esta obra le estaba robando sus clientes.
En la actualidad, TGS está analizando relanzar este proyecto como complemento del de Vaca Muerta, pero con un costo de inversión cercano a los 300 millones de dólares, según el Diario Río Negro.
Originalmente, la compañía del Grupo Techint pensaba hacer el gasoducto en sociedad con TGS y Pluspetrol, para el que contaba, incluso, con un plan de financiamiento con el Overseas Private Investment Corporation (OPIC) y el Banco Nacional do Desenvolvimento (BNDES), pero desistió de seguir adelante luego de que la Secretaría de Energía modificara la Resolución 46, con la que redujo a comienzos de año el precio que había fijado originalmente para la nueva producción de gas no convencional.
Tras su salida, la transportadora llegó a un acuerdo con YPF para presentarse juntas en la licitación y buscar a otros socios entre productoras locales y extranjeras y empresas de midstream para conformar una compañía con un modelo similar al de Oleoductos del Valle (Oldelval), que es controlada por la petrolera manejada por el Estado (37%), ExxonMobil (21|%), Chevron (14%), Pan American Energía (PAE) (11,90%), Pluspetrol (11,90%), Tecpetrol (2,1|0%) y Pampa Energía (2,1%).
A principios de junio, el CEO de Techint, Paolo Rocca, y su par de Pampa Energía, Marcelo Mindlin, se reunieron para discutir la inclusión de TGN en el consorcio y alcanzaron un acuerdo preliminar. Pampa Energía controla el 50% de Compañía de Inversiones de Energía SA (CIESA), que, a su vez, tiene una participación del 51% en TGS. Finalmente, la decisión fue que Tecpetrol sea la que se sume a la nueva sociedad.
Fuentes de fondeo
La UTE ya está analizando alternativas de financiamiento para el gasoducto, señala la primera fuente. El costo total de las obras oscilará entre los 2.000 y los 2.200 millones de dólares, unos 1.000-1.100 millones por cada uno de los dos tramos del proyecto que unirá Tratayén, en Neuquén, con Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, en una primera etapa y, de allí se conectará con un punto a definir entre San Nicolás y Rosario, en la segunda, calculó Oscar Sardi, CEO de TGS, en una conferencia en la Argentina Oil & Gas (AOG).
Su idea es utilizar el crédito de entre 300 y 400 millones de dólares del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES que el gobierno nacional planea ofrecer a tasas de mercado, para respaldar parte de la construcción de la primera etapa, explica la misma fuente.
Como la adjudicación de las obras quedará en manos de la administración que asuma el 10 de diciembre, el próximo mandatario serán quién decida si sigue adelante con esta propuesta. Hasta ahora, Alberto Fernández no se ha pronunciado al respecto.
El consorcio también espera sumar un préstamo de 200 millones de dólares que podría recibir de la OPIC para financiar la construcción de la primera parte del gasoducto, destaca la misma fuente. En diciembre de 2018, Tecpetrol había comenzado las gestiones para recibir 350 millones para el mismo fin. La presencia de la entidad estadounidense se debe a que la UTE analiza seleccionar a General Electric (GE) como proveedora de los compresores necesarios para las obras.
Una tercera alternativa que podría acercar la firma controlada por Paolo Rocca es el BNDES, que podría fondear hasta el 50% del proyecto (el 70% del costo de los caños), si utilizan los fabricados por Confab Industrial, controlada por el Grupo Techint, para su desarrollo.
El proceso de selección de los proveedores y la constructora se hará mediante una licitación privada, explica la fuente y agrega que esa es una exigencia que va a plantear YPF. Si la oferta viene junto con una fuente de financiamiento, será un beneficio adicional a tener en cuenta, resalta. Dos candidatas para realizar las obras son Techint Ingeniería y Construcción y AESA, la empresa de la petrolera controlada por el Estado.
En 2018, cuando TGS fue adjudicada con un contrato para la construcción de un gasoducto de 36 pulgadas y 92 kilómetros de largo para transportar 37 millones de MCD entre Añelo y Tratayén, en Vaca Muerta, pensaba usar caños chinos porque le resultaban más baratos, pero la presión del Grupo Techint ante el gobierno neuquino hizo que tuviera que comprárselos a Tenaris, la siderúrgica de Paolo Roca.
Finalmente, los socios deberán aportar cerca del 30% del monto total del proyecto de su propia caja u otras fuentes de fondeo, lo que implicaría un desembolso de aproximadamente 350 millones de dólares, que se dividiría en tres partes iguales (113 millones), explica.
El proyecto incluye la construcción de un gasoducto de 1.040 kilómetros en dos tramos con capacidad para transportar 15-20 millones de MCD en dos etapas, cuyas obras demandarán entre 24 y 30 meses (entre 12 y 15 cada fase) para estar finalizadas. Su capacidad podría ser expandible hasta los 39m MCD.
La licitación incluye las obras para la totalidad del proyecto, pero quien resulte ganadora deberá llevar adelante primero los 570 kilómetros para conectar Tratayén y Salliqueló y, luego, el resto. En caso de que no haga la segunda parte en un lapso de cinco años, el gobierno nacional podrá declararlo desierto y volver a convocar a un concurso de precios.
Las empresas interesadas deberán incluir en sus propuestas la capacidad y la ruta que planean para el ducto y la tarifa que cobrarán a los productores para transportar el gas no convencional desde la cuenca. Las ofertas con las mejores tarifas y capacidad serán adjudicadas con un contrato a 35 años.
Los pliegos incluyen una cláusula de escape que permitirá que la ganadora rescinda el contrato si la situación político-económica de la Argentina cambia durante los próximos años con la llegada de un nuevo gobierno.
El contrato COM otorgará a la firma ganadora el derecho a cobrar a los distribuidores una tarifa en dólares durante los primeros 17 años (dos años de construcción y 15 de operaciones) de la concesión y en pesos para los restantes 18. A su vez, contará con la opción de extenderlo por otros 10 años con una tarifa en moneda local.
También, tendrá el derecho de firmar contratos con las productoras para garantizarles espacio en el gasoducto, algo que estaba prohibido en los actuales troncales. Esto ayudará a las empresas a obtener financiamiento para respaldar el desarrollo del proyecto y eliminar la incertidumbre creada por la inestabilidad del país y las constantes devaluaciones del peso.
Para poder llevar adelante la licitación y el desarrollo de Vaca Muerta, tanto las petroleras como las transportadoras destacaron durante la AOG que se necesita una estabilidad cambiaria y macroeconómica y reglas del juego claras.
“Uno no puede encarar una inversión de tal largo plazo si no tiene las condiciones de retorno económicas”, afirmó el director general de Transportadora Gas del Norte, Daniel Ridelener, en una de las conferencias. Por eso, la primera fuente insiste en que hay que blindar Vaca Muerta para aislarla de las constantes oscilaciones que tiene la Argentina.
Fuente: Desarrollo energético.