Transición energética: tendencias y proyecciones de cara al 2050
Según el informe de una consultora internacional, en el mediano plazo se observa un rápido crecimiento de las energías renovables, una mayor electrificación global; y una importante expansión del hidrógeno.
El informe Energy Outlook de BP analiza las principales tendencias e incertidumbres en torno a la transición energética.
El informe Energy Outlook de BP explora las principales tendencias e incertidumbres que rodean a la transición energética hasta 2050. En línea con las proyecciones de años previos, se actualizan tres escenarios: Net Zero, Accelerated, y New Momentum.
En el análisis difundido por la consultora Economía & Energía (E&E) se consideran dos acontecimientos importantes ocurridos el año pasado: la guerra entre Rusia y Ucrania y la aprobación del “Inflation Reduction Act”, que constituye la principal medida legislativa puesta en marcha por la Administración Biden para reducir las emisiones de CO2 de los Estados Unidos entre un 50% y un 52% (respecto a los niveles de 2005) para el año 2030.
Los escenarios consideran diferentes vías para que a nivel mundial se alcancen los compromisos ambientales establecidos para el año 2050. Para ello se consideran cuatro tendencias que caracterizan la dinámica de la demanda energética.
En primer lugar, el declive gradual del papel de los hidrocarburos. Segundo, el rápido crecimiento de las energías renovables, que permitiría compensar el declino de las energías fósiles, considerando además que la mejora de la competitividad de los costos de estas energías y el fomento de políticas dirigidas hacia la energía baja en carbono impulsarán la transición. Tercero, la tendencia hacia una mayor electrificación global; y por último, la expansión del hidrógeno bajo en carbono en procesos y actividades difíciles de electrificar.
De acuerdo a los datos de BP hay aspectos clave abordados en el informe que serán determinantes para el cumplimiento de las metas climáticas a nivel global. Estos puntos se encuentran vinculados con la inconsistencia entre las metas de reducción, los resultados y las consecuencias que ello tiene sobre los costos de la transición; la necesidad de apoyo y políticas para la transición; y la importancia de abordar los tres elementos del trilema energético (seguridad, asequibilidad y sostenibilidad).
También aparecen otros aspectos clave, como por ejemplo, la necesidad de avanzar en el desarrollo de nuevas fuentes de energía y tecnologías, como el hidrógeno con bajas emisiones de carbono, la bioenergía moderna y la captura, uso y almacenamiento de carbono; y la relevancia de los precios durante el proceso de transición (tanto de los fósiles como de las renovables.
Según el BP Energy Outlook 2023 la guerra entre Rusia Ucrania y el consecuente corte de suministro global han tenido profundas consecuencias en materia de seguridad energética, así como también con relación a la oferta de gas natural y el comercio internacional de GNL, lo cual ha sido considerado en el análisis.
De acuerdo a la información publicada por E&E, se considera un crecimiento del PBI del 2,4% anual acumulativo en todos los escenarios. La trayectoria asumida para el PBI global incluye una estimación del impacto del cambio climático en el crecimiento económico, considerándose tanto las temperaturas crecientes en la actividad económica como los costos iniciales de las acciones para reducir las emisiones de carbono.
Los escenarios presentados por BP son menos ambiciosos en materia de reducción de la utilización de combustibles fósiles que lo estimado en el BP Outlook 2022. En todos los casos planteados se registra una disminución de las emisiones de CO2 derivadas del sector energético. Más aún en el caso del escenario Net Zero la reducción de las emisiones verificaría una tasa de reducción muy significativa.
Fuente: Mejor Energía