Un Nielsen inorgánico deja expuesta a YPF y provoca un costo incierto para la industria
“Muy impresentable la presentación del congelamiento petrolero. Hay que cuidar a YPF que tiene entre sus accionistas a 130 fondos de inversión que van a ser necesarios para el desarrollo del sector en los próximos años. No se le fija el precio desde el gobierno”. En esos duros términos se expresaba Guillermo Nielsen en Twitter el 14 de agosto pasado para criticar el congelamiento en surtidores dispuesto por la administración de Mauricio Macri.
El nuevo titular de YPF sufrió ayer, como un búmeran, los embates de sus propias palabras. Por decisión del presidente Alberto Fernández, Nielsen debió abortar el aumento de los combustibles previsto para hoy que él mismo había filtrado a la prensa el domingo por la mañana. Acostumbrado a moverse casi en solitario, sin anticipar sus movimientos al conjunto, esta vez esa identidad inorgánica quedó en evidencia y expuso a YPF, la mayor empresa del mercado petrolero, que cotiza en la Bolsa de Nueva York. Se trató de un verdadero papelón. Durante la mayor parte del domingo Nielsen y su equipo confirmaban una suba del 5% en las estaciones de servicio para las cero horas del lunes. Recién bien entrada la tarde la medida quedó sin efecto por instrucción directa de la Casa Rosada.
- ¿Cuáles son los hechos?
La línea técnica de YPF y del resto de las empresas refinadoras y productoras de petróleo advierten desde hace por lo menos 10 días que la disparada del precio internacional de crudo —el crudo superó los 65 dólares por primera vez desde julio de este año— y el deslizamiento del tipo de cambio engrosaron la brecha entre el valor doméstico del petróleo y las referencias internacionales. Productores no integrados alegan que la distancia se acerca al 15 por ciento.
Frente a ese escenario, varias empresas apuntaban a concretar una suba apenas inferior al 10% durante el último fin de semana del año. Lo mismo le planteó Nielsen a Alberto Fernández, que sin embargo sólo autorizó una suba por la mitad de ese pedido. Con ese aval, Nielsen decidió filtrar por su cuenta a medios nacionales.
- ¿Cuál fue su descuido?
Nielsen no validó el aumento con el resto de los actores políticos con peso dentro del Frente de Todos. En lugar de coordinar con los ministros y funcionarios que integran el Frente de Todos y fundamentalmente con referentes políticos que responden a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner que monitorean lo que está pasando en YPF, el chairman de la petrolera se cortó sólo y no realizó el control de daños previo que amerita una medida sensible a la opinión pública como el aumento en surtidores. No generó las condiciones para viabilizar políticamente el aumento.
- ¿Cuál es el costo para la industria?
El aumento de los combustibles es la decisión más relevante en la agenda de YPF. La recomposición de los precios en surtidores está directamente ligada a la capacidad de inversión de la petrolera. Un 70% de sus ingresos vienen por esa vía. Si el freno de ayer se materializa con el paso de los días en la imposibilidad de actualizar el valor de los combustibles durante enero complicará aún más las finanzas de la compañía controlada por el Estado. No le quedará otra alternativa que cortar todavía más las inversiones previstas para 2020, cuando podría invertir entre 2000 y 2500 millones de dólares (un 30% menos que en 2019).
Una situación similar se repite para el resto de los jugadores de la industria, que seguirán percibiendo precios del petróleo y derivados inferiores a los parámetros internacionales. Será complejo, por caso, para las empresas productoras —Pluspetrol, Tecpetrol, Vista Oil&Gas, Capsa, Sinopec y Chevron, entre otras— convencer a sus accionistas de la rentabilidad de invertir en la Argentina cuando el crudo, un commodity, vale menos que en resto del mundo.
Fuente: Econojournal.