Una ganga. Cómo ser dueño de una empresa argentina por menos de US$3
Son solo tres dólares un ahorrista puede llevarse una pequeña parte de una empresa argentina. Este es el precio de la acción de algunas compañías locales que cotizan en el exterior y que por la crisis económica perdieron muchísimo valor en el último año. Ahora, con las mayores restricciones cambiarias anunciadas la semana pasada, la caída de los precios se volvió a acelerar a mínimos históricos reflejando la mayor incertidumbre financiera.
Las empresas en cuestión operan en distintos sectores, lo que refleja que el impacto de las últimas medidas afectan a todas por igual. Entre ellas se encuentran compañías del rubro energético, como Vista Oil (US$2,09), Central Puerto (US$1,99) y Edenor (US$2,93); del sector financiero, como Grupo Supervielle (US$1,67) y BBVA Argentina (US$2,41); de la industria agropecuaria, como Cresud (US$2,66), y del sector del real state, como IRSA (US$2,63) y Corporación América (US$2,16).
Estas empresas, si bien cotizan en Wall Street, también operan en el mercado de capitales local, salvo Vista Oil, la petrolera fundada por Miguel Galuccio, que lo hace en el mercado mexicano. En todas se puede invertir con pesos y teniendo una cuenta comitente, que se abre de forma gratuita en cualquier banco o sociedad de bolsa.
La única diferencia es que mientras que para la mayoría de esas compañías se pueden comprar directamente las acciones, para el caso de Vista Oil se adquiere un certificado de depósito argentino (Cedear), que equivale a una parte de acción en el exterior. Esto es lo que se hace para invertir en cualquier empresa internacional que no cotiza en el mercado local.
Otras compañías que si bien valen más de tres dólares, también están en «oferta» son YPF (US$3,66), Loma Negra (US$3,75), TGS (US$4,07), Despegar (US$6,33), Telecom Argentina (US$6,65), Grupo Financiero Galicia (US$6,86), Pampa Energía (US$9,55) y Tenaris (US$9,73).
«Estos valores tienen más que ver con externalidades que a una situación propia de la empresa y de sus negocios», dijeron en una de las compañías, cuya cotización viene cayendo desde las elecciones primarias de agosto de 2019, cuando se hizo más factible la vuelta al poder de un gobierno kirchnerista, que no tiene buena imagen entre los inversores.
Luego llegó la pandemia y se profundizaron las restricciones cambiarias, lo que dificultó la operatoria de todas las empresas. Si bien se esperaba que, una vez que el Gobierno reestructure la deuda externa, los valores de las compañías repunten, esto no solo no sucedió, sino que hasta se agravó el deterioro.
En números, el precio de las acciones el 3 de agosto pasado, cuando se anunció el principio de acuerdo con los grandes acreedores era, en algunos casos, el doble que ahora. Es el caso de YPF (US$6,81), Grupo Financiero Galicia (US$13,05), BBVA (US$4,52) y Grupo Supervielle (US$3,18).
«La reestructuración fue exitosa, pero había cosas que ya venían de antes y a partir de ese momento se desataron una serie de medidas del Gobierno. Ninguna fue positiva y terminaron haciendo que el exitoso canje sea una anécdota. Que las empresas valgan tan poco no es todo lo sorprendente que uno esperaría», indicó Pablo Repetto, director de GRA Consultora.
Además, hizo hincapié en la normativa que obliga a las empresas endeudadas por más de US$1 millón en vencimientos al mes antes del 31 de marzo a reestructurar sus obligaciones. De las compañías que cotizan afuera, fueron alcanzadas por esta medida YPF, IRSA, Cresud, Corporación América, Telecom Argentina y Vista Oil, pero además afecta a todas las que quieran emitir deuda en dólares para financiar sus proyectos.
«Las empresas quedaron sin poder pagar sus deudas como estaba previsto, entonces tienen que buscar una manera de conseguir los dólares o refinanciar los próximos vencimientos de sus obligaciones negociables. Algunas pueden no lograr refinanciarlo; otras pueden decidir acudir a sus cajas para pagarlas; en todo caso es un deterioro general de su patrimonio, tanto reputacional como contable o financiero», explicó Repetto.
Fuente: La Nación.