Vaca Muerta. Por el coronavirus, bajan la cantidad de empleados en los yacimientos
Las medidas de prevención por la expansión del coronavirus no discrimina sector. Si bien no todos los trabajos se pueden hacer de forma remota, las empresas petroleras optaron por reducir al mínimo e indispensable la cantidad de empleados en los yacimientos de forma de no bajar la producción. Esta situación podría cambiar si el Gobierno no da señales sobre las política energética que se llevará a cabo para contener el derrumbe de los precios internacionales del petróleo y el gas.
En YPF, por ejemplo, que opera tanto en el upstream (producción de hidrocarburos) como en el downstream (despacho de nafta y gasoil), establecieron un protocolo de contención en cada uno de sus negocios. «Todos los puestos que son críticos, que tienen tareas que no se pueden interrumpir, se siguen cumpliendo bajo estrictas normas de seguridad. Se están respetando los espacios en los medios de transporte a los yacimientos y, si una persona tiene que tomarse licencia, nos aseguramos que tenga un reemplazo inmediato para que su tarea no se deje de hacer», explicaron.
«Se está haciendo un esfuerzo enorme para garantizar que la gente que está trabajado en los yacimientos lo pueda hacer sin que su salud se vea afectada, pero por ahora ninguna actividad fue paralizada, ni se bajaron equipos. De hecho, hace unos días batimos un récord de fracturas en la Argentina: hicimos 14 en un solo día. La actividad sigue intensa, pero cumpliendo todos los protocolos de seguridad que están vigentes», agregaron en la petrolera con control estatal.
Agregaron que en los campos se armó un plan para mantener la operación con electricistas, mecánicos y especialistas puntuales que se requieran en caso de urgencia. «Además se trata de limitar el contacto de la gente y buscamos que coman en distintos horarios para que no haya tanta tanta gente en el comedor», comentaron.
En Exxon Mobil indicaron que «las tareas que no son prioritarias se están haciendo desde las casas de los empleados». «En el campo se llevan adelante solo las tareas básicas vinculadas al mantenimiento de la actividad para garantizar la producción y que no haya ningún impacto en la operación», agregaron.
En la petrolera Pan American Energy (PAE), que tiene a la familia Bulgheroni como accionista, dijeron que «se tomaron medidas en consonancia con las recomendaciones provinciales y nacionales». «Restringimos la presencia física y de transporte para cuidar la salud de los empleados, y adecuamos la actividad a este escenario, pero la industria entiende que lo prioritario es cuidar la salud de los trabajadores», enfatizaron.
Guillermo Pereyra, secretario general del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, indicó que «están trabajando en conjunto con las operadoras y contratistas reduciendo los niveles de riesgo en las manera que se desarrolle cada una de las actividades».
Tecpetrol, por su parte, habilitó en la cuenca neuquina un número de emergencia interno para que los colaboradores y contratistas que presenten síntomas compatibles con el coronavirus o hayan estado en contacto con personas que provengan de los países de riesgo, den aviso y pueda recibir instrucciones para ser asistidos.
Vista, en tanto, señaló que están trabajando con equipos mínimos que son esenciales para mantener la producción y la operatividad de las plantas. «Para su protección, r edujimos la cantidad de personas transportadas, incrementamos los estándares de limpieza e higiene en transportes, combis y buses, en espacios comunes cerrados, trailers, equipos y otras instalaciones. Además, las personas consideradas de riesgo también fueron enviadas a sus casas a trabajar por prevención», agregaron.
A la espera de señales del Gobierno
La expansión del coronavirus impactó de lleno en las perspectivas económicas del sector, luego de que el precio internacional del barril de petróleo se derrumbara a US$26. Al momento, las refinadoras (que compran el crudo para procesarlo en nafta y gasoil) y las productoras tienen pactado un valor del barril entre US$47 y US$52, que es el precio promedio de febrero. Este contrato vence a fin de mes, cuando las empresas deberán establecer un nuevo valor para las transacciones de abril.
Tanto el Gobierno como el sector privado coinciden que el barril a niveles por debajo de US$45 paraliza toda actividad en la industria hidrocarburífera. Por tal motivo, el Ministerio de Desarrollo Productivo comenzó a convocar a las empresas para evaluar medidas para analizar la situación.
Algunas petroleras y la mayoría de las provincias petroleras (que cobran regalías por la producción de crudo) comenzaron a pedir que se establezca un precio sostén para que no se derrumbe la actividad. Además señalan que las retenciones debería tender a 0% (están en 12% actualmente).
La estabilidad del tipo de cambio también jugará un rol clave, en una industria que la mayor parte de los costos se pactan en dólares. Mientras que en el mercado paralelo el precio del blue aumentó más de 9% en lo que va del mes, la cotización oficial apenas se incrementó casi 1,5% (pasó de US$62,26 a US$63,18 al cierre de ayer el mayorista).
Otros puntos que habrá que analizar entre el Gobierno y las petroleras son: el valor de los biocombustibles, que se utilizan para la refinación de petróleo; la actualización de los impuestos, que todavía están atrasados 23% (lo que impacta en entre 5% y 6% en los valores de surtidor), y el valor del precio de los combustibles, donde YPF establece el precio de referencia por su alta participación en el mercado.
Finalmente, a fin de mes vence el contrato que fija el valor del gas entre distribuidoras y productoras en US$4,5 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), a un tipo de cambio de $41. El precio surgió de las licitaciones llevadas a cabo en febrero de 2019. Las empresas esperan definiciones del Gobierno para establecer el mecanismo por el cual se pactarán los próximos precios.
Por su parte, la empresa estatal Ieasa licitó ayer la adquisición de gas natural licuado (GNL) para el invierno y logró adjudicar al precio más bajo de su historia con un valor promedio de US$3 por millón de BTU. «La desaceleración de la economía china obligó al gigante asiático a rechazar cargamentos de GNL lo que produjo en el mercado una sobreoferta del mismo. Dichos cargamentos serán destinados a abastecer la demanda interna durante los meses invernales. Los primeros cargamentos se esperan para el mes de mayo», indicó la compañía en un comunicado.
Fuente: La Nación.