Vaca Muerta: seguirán las inversiones mínimas, pero se debe esperar un incremento productivo
Las inversiones en el sector energético se concentran a menudo en la formación no convencional, pero fuentes del sector anticipan que podrían haber más, pero para eso no es necesario que la macro se ordene.
Como es bien sabido, hay cuatro industrias en la Argentina que tienen potencial para crecer, incluso en estos tiempos convulsos. Incluso el gobierno de Javier Milei insiste en destacar la agroindustria, la energía, la minería y la economía del conocimiento como los «portaviones» que llevarán a la Argentina al crecimiento económico.
La principal justificación de esta afirmación es que se trata de sectores competitivamente ventajosos y con alta demanda en los mercados externos, lo que esencialmente garantizaría inversiones para aprovechar oportunidades. Sin embargo, antes de celebrar, conviene echar un vistazo a lo que sucede a puerta cerrada en estos sectores.
Durante la última Cumbre de Amcham, MDZ pudo constatar que el clima de negocios entre las empresas energéticas que operan en Vaca Muerta, alegría de la industria, era de «esperar y ver» (esperar y ver), lo que en este caso significó mantener el ritmo de inversiones de 500/600 millones de dólares anuales.
A diferencia de la minería convencional, donde las mayores inversiones se realizan al principio y se necesitan inversiones más pequeñas más adelante, las características únicas de este sector requieren inversiones continuas para mantener la productividad de las fracturas y evitar caídas.
Vaca Muerta alberga actualmente una veintena de gasolineras, tanto nacionales como extranjeras, con una inversión anual combinada de ocho mil millones de dólares. Según otra fuente conocida muy bien al sector, «se necesita producir más para que Vaca Muerta explote y alcance su desarrollo, eso supondría duplicar o triplicar la producción, pero para eso hacen falta de inversiones más fuertes».
Agenda prioritaria
«El debate sobre infraestructura es importante hoy, pero lo macro es igualmente importante», afirmó otro referente del sector. La explicación es que se necesita un ritmo de inversión diferente para desarrollar el límite exportador y evitar que Vaca Muerta sacrifique la calidad, pero las empresas hoy quieren ver cómo crece la economía. Significativamente más multinacionales que las que se encuentran en la educación de enfermería convencional.
En cuanto a infraestructura, se requiere tiempo y dinero. Y eso, en cierto modo, desincentiva nuevas inversiones. Mejorar la inversión podría generar más gas y petróleo, pero además se requieren ductos nuevos para transportarlos o maneras de almacenar el gas extra.
Naturalmente, YPF y PAE no se irán de Vaca Muerta porque sean empresas locales, pero los extranjeros se preguntan sobre el clima de negocios y la sostenibilidad política de los cambios que propone el gobierno. Hay un nuevo ciclo de inversiones que posibilita aprovechar todo el potencial de Vaca Muerta, recién ahí habría. Entre las prioridades que reclaman las empresas y que según el Gobierno, se enfrentan reglas de juego claras y seguridad jurídica. Sin embargo, como se dice, «el que se quemó con leche, ve la vaca y llora» y muchos han quemado por mucho tiempo en Argentina.
El último cambio de reglas fue hace muy poco y coincidió con este gobierno. En términos de energía, el primo proyecto de ley ómnibus seguía el principio de «nadie va an impedir las exportaciones». No obstante, durante las negociaciones con la oposición, se aseguró que esto no se abarcaría mucho para abastecer al mercado interno como primer requisito. Luz Amarilla para empresas.