Vaca Muerta y el cambio climático
Señor Director: El reino saudí acaba de confirmar que acciones de la empresa más valiosa del mundo, la petrolera Aramco, se han puesto a la venta. La compañía pertenece a una sola persona, el rey de Arabia Saudita, Salmán bion Abdulaziz. Se calcula que puede recaudar más de un billón de dólares.
Gran incógnita: ¿Por qué se vende? Si bien no ha trascendido, es de suponer que el reino quiere anticipar ingresos de una industria que tal vez en unas décadas no exista más.
Esta operación significa que se vislumbra en el lejano horizonte que, fatalmente, debido a la crisis climática que su uso genera, el consumo y la producción de combustibles fósiles tenderán a desacelerarse. Y no solo reducirse, sino cancelar toda explotación, según lo sugiere un reciente informe, suscripto por once mil científicos de todo el mundo.
Lo irónico es que en los últimos tiempos, se descubren en el mundo enormes reservorios petrolíferos, como el campo de Libra frente a las costas de Brasil, o los 5.500 millones de barriles en pozos profundos bajo las aguas atlánticas de Guyana, o los hallazgos crecientes en la Cuenca de la Bahía de Bohai, China, y el anunciado el domingo pasado de 53.000 millones de barriles en un nuevo campo en Irán, a solo 80 metros de profundidad.
En nuestro país, además del fabuloso yacimiento neuquino, surgen otros descubrimientos como el superpozo de Tierra del Fuego, que promete una producción de 330 metros cúbicos de petróleo por día.
Ante el descomunal aumento potencial de la producción, la lucha contra el cambio climático promueve la reducción del consumo. Dos tensiones opuestas que concurren en un mismo efecto: la caída de los precios. Se harán así menos competitivas las explotaciones, especialmente las de alta necesidad de inversión, como es el caso de Vaca Muerta. Entonces nuestro país no puede dormirse, a riesgo de tener que dejar enterrados sus hidrocarburos. Debe encarar enérgicamente sus explotaciones, máxime ante la crisis económica que nos agobia y de la que podríamos salir gracias a la muerte de la Vaca, que en lugar de darnos leche puede darnos petróleo. Ud. que conoce mi opinión respecto al cambio climático, se sorprenderá viéndome promover en nuestro país la producción de combustibles fósiles, pero es que mientras Trump convierte a su país, uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo, en el primer productor mundial de petróleo y gas, hace inútiles los esfuerzos que puedan realizar los países emergentes. Pienso que Argentina también tendrá que cancelar explotaciones hidrocarburíferas, pero debe hacerlo solo después que lo hagan China, EE.UU., la Unión Europea, India, Rusia, Japón y Brasil. ¿No le parece?
Fuente: El Chubut.