Vaca Muerta y la apuesta de las petroleras por el negocio exportador
En lo que va del año, prácticamente se ha igualado ya a todo lo exportado en 2019. Destacan varios aspectos, pero los fundamentales son el valor de referencia del barril criollo, el bajo consumo de naftas y la producción que empieza a recuperarse.
También se ha mencionado en esta misma columna que otro de los grandes incentivos que ha operado es la reducción (a cero) de los derechos de exportación. Inicialmente los derechos de exportación tenían una gravitación del 12%, pero desde mayo, con la irrupción del “barril criollo” a u$s45, las condiciones cambiaron. La mecánica es simple: si el Brent, que sirve de referencia para la plaza doméstica, cotiza por debajo (o similar) a esa referencia, las retenciones son cero. Pero si se ubica por encima, existe una suerte de escala progresiva, hasta un límite de 8% cuando el valor de referencia es de u$s60 el barril. Hasta ahora, en promedio, las empresas productoras comentan que el negocio les da un barril a u$s37, insuficiente para alentar expectativas de inversión, pero que permite mantener cierta actividad marginal. Por supuesto, las empresas miran con detenimiento lo que pueda ocurrir con el barril criollo, pero también un cúmulo de interrogantes donde se cuenta la posibilidad de importar insumos, acceder a líneas de crédito internacional, como también las medidas de estímulo para que el negocio exportador continúe, entre muchas otras cosas.
Fuente: ámbito.com